En la gran mayoría de hoteles, el check-in y check-out se realiza en los mostradores, donde el personal de recepción gestionará el alta/baja de la estadía del cliente en el hotel.
Una vez la persona se ha identificado y todo está en orden para su estancia, se le debe asignar una habitación, la apertura de cuya puerta se realizará con una tarjeta de banda magnética o RFID. Para realizar esta acción, necesitaremos de lectores/grabadores de sobremesa.
Cada vez más, los terminales de punto de venta (TPV) requieren de un elemento que permita identificar al trabajador y habilitar el cobro al cliente.
Por su fiabilidad y rapidez, la tecnología sin contacto (RFID) es la más adecuada, por lo que necesitaremos un lector de sobremesa, preferiblemente en la frecuencia HF.
Desde que muchos pasaportes han sido mejorados con la tecnología RFID (entre ellos el pasaporte español), existe la posibilidad de leer los datos automáticamente, con la ayuda de un lector adecuado. Esto facilita mucho la tarea sobre todo a los hoteles, ya que es más rápido y fiable leer el chip RFID que tener que scanear el documento.
Hay algunos hoteles en los que la recepción es desatendida, por lo que los procesos de check-in y check-out se realizan a través de un kiosco.
El cliente introducirá sus datos en el kiosco, a través del teclado, y una vez el software interno haya comprobado que todo está correcto, le emitirá una tarjeta que será la llave de la habitación que le ha sido asignada. De la misma forma, cuando haga el check-out, realizará el mismo proceso a la inversa.
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