Tipos de tecnologías para la fabricación de trackballs

Los trackballs fueron inventados en 1.946 después de la 2ª. Guerra mundial como un sistema de control de radar para calcular posiciones de aeronaves.

Desde esa fecha los diseños constructivos han variado mucho, pero la técnica de posicionamiento a través de ejes mecánicos y encoders, lo que denominamos trackball mecánico aún se mantiene gracias a sus buenos resultados, durabilidad, precisión y fiabilidad.

Haciendo esta mención han aparecido recientemente sistemas basados en componentes de estado sólido, como sistemas ópticos, infrarrojos y sistemas por láser.

Estos conceptos se entienden mejor con unos pequeños gráficos ilustrativos:

1. Trackball mecánico

Como  hemos comentado se trata del mecanismo tradicional compuesto por 2 cilindros de acero inoxidable en perpendicular y un cojinete de soporte. Los 2 cilindros disponen de un encoder para la posición X, Y

2. Trackball ópticos o infrarrojos

Esta tecnología utiliza un pequeño sensor que dispone de un pequeño led o un diodo de emisión de luz rebotando esta emisión en la superficie de la bola a un sensor CMOS para controlar la posición de la bola. En este sistema no existen partes movibles excepto la bola, así se puede alcanzar un nivel de protección de IP68.

3. Trackball láser

El sensor dispone de un diodo láser que genera un haz de luz que se centra en la superficie de la bola. La superficie de la bola refleja la luz hacia  el sensor y que se mezcla ópticamente con la luz emitida calculando así la posición de la bola. Este método para detectar el movimiento de la bola permite ofrecer una mayor gama de superficies de materiales y el uso de colores sólidos para la bola.

Mantenimiento

Por el mismo concepto de una bola que rueda, el polvo y humedad que se puede acumular en la superficie de la bola puede ir al interior del trackball al girar. Es el mismo efecto que ocurre con un bolígrafo, nunca cae tinta si la bola de la punta del bolígrafo está quieta pero al girar la tinta pasa del interior al papel. Por lo tanto, siempre se deberá de ejercer un mantenimiento en un trackball. Los sistemas mecánicos tienen una resistencia bastante buena con la acumulación de polvo en su interior, un trackball óptico o láser funcionarán peor que un trackball mecánico con la misma cantidad de polvo y partículas, sin embargo un trackball mecánico soporta peor la entrada de agua si no dispone de un sistema interno de drenaje. Los trackballs ópticos y láser, aunque se debe de tener la ventana de los sensores limpios, su diseño constructivo permite una sencilla operación de mantenimiento en contrapartida a los modelos mecánicos que son más dificultosos al disponer de cilindros y rodamientos.