Los puntos fuertes de la tecnología RFID
Puntos fuertes de la tecnología RFID
¿En qué se diferencia el RFID de otras tecnologías auto-ID?
Veamos cuáles son los puntos más diferenciadores de la tecnología RFID, que constituyen, a la vez, sus puntos más fuertes:
► El tag (o transponder) no sólo se puede leer, sino que también se puede escribir, grabando datos modificables y actualizables en el tiempo en su memoria interna, de manera que se puede disponer de una trazabilidad de las transformaciones y procesos que ha ido sufriendo el objeto durante su ciclo de vida.
► Las lecturas y escrituras de los tags pueden efectuarse automáticamente y sin visibilidad óptica, gracias a que el canal por el que se realiza la transmisión de los datos son ondas de radio: por lo tanto es posible leer tags que se encuentran dentro de cajas, bolsos, prendas de ropa, etc., incluso sin la intervención voluntaria del operario. Existe una “salvedad”: los tags no pueden ser inseridos en el interior de contenedores metálicos ya que, por efecto de la “Jaula de Faraday”, resultan impermeables a los campos electromagnéticos (EM).
► Las lecturas y escrituras de los tags se pueden hacer tanto unitariamente (de uno en uno), como por lotes, es decir, de forma masiva: un conjunto de transponders que atraviesa un campo EM, permite efectuar numerosas lecturas y escrituras a la vez durante su “travesía” y, por lo tanto, identificar muchos elementos (anticolisión).
► Las lecturas y escrituras se pueden realizar a diferentes velocidades, en base a las dimensiones de la antena y el tag (entre otros aspectos).
► Las lecturas y escrituras se pueden realizar con cualquier orientación del tag, es decir, en 3D (las tres posibles dimensiones): esta multidireccionalidad de lectura está basada en diversos y precisos aspectos técnicos (no se puede realizar para cualquier aplicación, en cualquier frecuencia y con cualquier hardware).
► El transpondedor contiene un código único a nivel mundial: cada chip de silicio que se encuentra en el interior del tag contiene un código univoco que no es regrabable ni modificable de ninguna manera, sólo es legible. El RFID no identifica UN tag (objeto/persona/animal), si no EL tag.
Con la descripción de estas características de la tecnología RFID ya se entiende que tiene unos puntos diferenciadores muy fuertes y de gran potencial de aplicación, pero por otro lado, tampoco se puede considerar esta tecnología como una panacea, y no siempre se pueden superar ciertos frenos aplicativos: más allá de las leyes de la física (por ejemplo, la presencia de sustancias metálicas pueden “apantallar” y dificultar la propagación electromagnética), también es importante considerar aspectos operativos ligados a la gestión de cada organización y, por lo tanto, se debe intentar personalizar y adaptar la arquitectura RFID idónea a las exigencias aplicativas, y establecer un “modus operandi” en línea con el usuario, sin alterar excesivamente los procesos de trabajo habituales y aprobados.
De hecho, el RFID es una tecnología que debe formar parte de un proyecto, no es Plug&Play, necesita de un know-how y una serie de iniciativas y actividades de soporte colaborativo a lo largo de todo el proceso de propuesta, venta e implementación, todo integrado en la denominada “solución de valor añadido”. Este “valor añadido” está también compuesto de formación específica, una gama completa y amplia de productos RFID (capa física, solo hardware), soporte en la fase de prueba de concepto para verificar teórica y empíricamente la viabilidad de la solución RFID y disponibilidad de un Centro de Test RFID o equipos de prueba que los integradores puedan disponer y probar, incluso con sus clientes, para verificar y comprobar el funcionamiento del RFID.
Por ejemplo, existen una serie de medidas para que sea posible la lectura/escritura de tags con cualquier orientación (lectura 2D o 3D), entre las cuales, las más comunes son:
♦ Con las antenas u objetos (identificados con tags) en movimiento, se obtiene una lectura en múltiples orientaciones
♦ Más antenas con diferentes orientaciones activadas de forma alternada (multiplexadas), para formar un túnel de lectura
♦ Antenas contrapuestas con campo EM desfasado para crear una puerta de lectura 3D
Y esto es sólo un ejemplo. Se pueden encontrar muchas particularidades y casuísticas concretas para las cuales es importante tener un buen conocimiento de la tecnología y los equipos.
Con todo esto, vemos claramente que la tecnología RFID ofrece unas ventajas muy significativas versus otras tecnologías de identificación, pero queda igualmente manifiesto que, al igual que esas otras tecnologías (o incluso más), el RFID conlleva unos conocimientos específicos que requiere de la colaboración de partners y especialistas adecuados para llevar a buen puerto y de forma exitosa los proyectos.