RFID en las botellas de vino
La aplicación de la tecnología RFID en botellas de vino en particular, y en botellas de licor en general, es un tema recurrente en el sector del RFID. Su aplicación no es directa, pues hay que tener muy claro desde el principio qué es lo que queremos conseguir con la aplicación del RFID y escoger para ello la mejor solución. Además, la tecnología RFID nos puede aportar beneficios en todos los aspectos de la industria del vino: desde la trazabilidad de la producción, pasando el control de la autenticidad de las botellas y llegando hasta el mero hecho de poder aportar información relativa a la botella y las características del vino a cualquier potencial comprador. Es por ello que debemos tener muy claro qué hasta dónde queremos llegar aplicando el RFID.
Para empezar, tengamos en cuenta primero los aspectos más técnicos del RFID: como ya hemos comentado en otros artículos, cada frecuencia del RFID pasivo (125 KHz (LF), 13,56 MHz (HF) y UHF), tiene sus propias características. Las frecuencias LF y HF no presentan ningún problema en la presencia de líquidos, pero por otro lado la distancia de lectura de los tags se limita a unos centímetros y además, éstos son más caros. En cambio, la frecuencia UHF presenta muchos problemas cuando se debe aplicar en objetos líquidos (no se puede garantizar su lectura), pero en condiciones normales la distancia de lectura de los tags puede llegar a metros y, además, son más económicos. Estas características no invalidan ninguna de estas frecuencias para su aplicación en el mundo vitivinícola, pero sí que marcará el uso que podamos hacer de ellas.
Hecho este apunte técnico, podemos analizar algunas de las áreas de aplicación del RFID.
► Logística
Se trata seguramente del campo de aplicación más común y directo, puesto que la tecnología ya se está utilizando actualmente en muchas industrias en el área de logística. En este caso, lo más habitual es identificar las cajas de vino (o unidades de embalaje), o directamente los pallets. Para ello, se puede colocar una etiqueta RFID, que habitualmente será de la frecuencia UHF para poderla leer a varios metros de distancia. Al no estar la etiqueta en contacto con el vino, se va a poder leer, pero hay que tener en cuenta que si el pallet contiene múltiples cajas, cada una de ellas con un tag RFID, puede ser difícil leerlas todas, porque algunas botellas pueden “tapar” las otras etiquetas de las otras cajas del pallet y dificultar o imposibilitar su lectura. En este caso, debemos estar seguros que las etiquetas estarán siempre por la parte externa del pallet o, directamente, pondremos una única etiqueta para identificar todo el pallet.
Su uso en logística permite reducir sensiblemente los tiempos y costes de registro de la entrada y salida de la mercancía de los almacenes.
La lectura grabación de estos tags UHF se puede realizar con los equipos industriales de largo alcance y sus antenas:
Lector RFID UHF de largo alcance, ISC.LRU1002-EU
Antena RFID UHF de largo alcance ISC.ANT.U270/270-EU
► Anti-fraude
Esta es seguramente la aplicación más demandada en el sector del vino. La falsificación de botellas de vino es un mercado goloso, sobre todo el mercado de las botellas antiguas, que pueden alcanzar unos precios muy elevados y, sobre todo en China, se están encontrando con una creciente actividad de falsificación. También se están falsificando botellas de vino caras, no antiguas, pero sí de precios elevados. Los países que se están viendo más afectados por esta práctica son obviamente Francia e Italia, por la reputación de sus productos, pero los productos españoles no escapan de ello, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos años están mejorando mucho su presencia en mercados internacionales y en entornos de gran reconocimiento.
En este caso, para evitar esta falsificación de las botellas, se requiere una identificación unitaria de las mismas. Es por ello que la frecuencia que más se utiliza es HF, que no se ve afectada por la presencia de líquido, y en concreto, cada vez se usan más tags NFC, por la practicidad de poder leerlos con los móviles Smartphone que integran esta tecnología. ¡Es muy práctico sacar el móvil y poder comprobar en cualquier lugar y momento, que una botella es auténtica! El tag se puede poner en la misma etiqueta del vino, por detrás, de manera que quede escondida a la vista de la gente. También hay soluciones algo más “sofisticadas” que contemplan embebir el tag NFC en el tapón de corcho artificial, de manera que es más robusto ante posibles golpes. También se han desarrollado etiquetas para colocar en el cuello de la botella, añadiendo la función de “sello” de seguridad. En este caso, al no haber líquido en el cuello de la botella, también pueden ser UHF.
Con esta solución, tanto el cliente como el vendedor se aseguran de que la botella que está comprando o vendiendo es auténtica. Además, si en la etiqueta se adjuntan datos sobre la producción: momento de la vendimia, tiempo en barrica, producción, etc., son unos datos añadidos de valor que el cliente puede apreciar.
Si el cliente/vendedor no encuentra el tag rfid, podría dar aviso al productor mediante una aplicación móvil (por ejemplo), de esta manera, los datos relativos a la falsificación serían más fiables y en tiempo real.
En el caso de tags NFC, los lectores (a parte de los móviles) que podríamos utilizar para leer/grabar los tags son estos:
Lector grabador de tags NFC, modelo CPR40.30-U, con conexión USB.
En el caso de tags HF (ISO15693), podrían ser estos:
Lector portátil HF de mano, modelo ISC.PRH101-U
Lector HF de sobremesa USB, modelo ISC.PRH101-U
Y en el caso de tags UHF, se podría trabajar con estos equipos, entre otros:
Lector UHF portátil con tecnología Bluetooth®, modelo ISC.PRHD102-U-EU
Lector UHF de sobremesa USB, modelo ISC.MRU102-U
Calidad del producto
En el caso de los vinos de elevado precio, con los que se suponen que el comprador adquiere un producto de alta calidad, es importante garantizar también que todos los procesos que se han seguido desde el embotellado del mismo han sido los correctos. En este caso, un vino que supera los límites aceptables de temperatura, puede que no esté en un estado óptimo a la hora de consumirlo, ya que estas variaciones pueden haber modificado sus características de forma que el producto que estaremos adquiriendo ya no tendrá la calidad por la que pagamos. Estas variaciones de temperatura que pueden sufrir las botellas de vino a lo largo de su camino, se pueden monitorizar con tags que registran la temperatura. Se trata de tags dotados de un sensor que van registrando la temperatura cada cierto tiempo, y almacenan esta captura de información en el mismo tag. Más adelante, cuando el tag es leído, se pueden conocer todos los registros que se han ido teniendo de la temperatura, y así garantizamos la calidad del producto. Evidentemente, un tag de estas características no puede ser una etiqueta, ya que precisa de un pequeño dispositivo con el sensor activo y la memoria, se tratará seguramente de tags semiactivos, con una batería. Esto se está realizando ya con ciertos vinos franceses y con sake japonés. Estos tags semiactivos podrían ser tanto HF como UHF.
Basándonos en este tipo de tags, también sería posible instalar sensores de este tipo en el interior de las barricas, para llevar una trazabilidad del microclima durante la fermentación y así poder acompañar al vino con un certificado especial que garantice las condiciones óptimas de que ha gozado durante todo el proceso de producción hasta la tienda.
Soporte de venta
Con esta aplicación nos referimos a aquellas etiquetas RFID que aportan al cliente información comercial acerca del vino que está consultando. Estas etiquetas podrían venir de origen con el vino, pero también podrían ponerse en tienda, para apoyar las acciones de venta. Esta es una aplicación que algunas tiendas especializadas en vino en España ya están aplicando. El tag RFID podría ponerse en cualquier parte de la botella, pero un lugar muy cómodo para esta aplicación es el la parte inferior de la botella, donde tienen forma convexa. Imaginemos una tienda de vinos, donde sólo hay un asesor y en el momento en que le necesitamos está ocupado. Si las botellas llevasen un tag RFID en su base, nosotros como clientes podríamos coger la botella y ponerla encima de un lector RFID, y en una pantalla podríamos visualizar toda la información que queremos saber: datos técnicos del vino (bodega, año de vendimia, D.O., grados de alcohol, etc.), qué sabor/aromas tiene, para qué tipo de comida es más adecuado, vinos parecidos, precio… toda esta información es muy valiosa para el cliente y sin duda ayuda a su decisión de compra. Esta solución podría realizarse por ejemplo en HF, y el tipo de lector que podríamos usar sería de este tipo:
Lector con antena apantallada para leer tags apilados ISC.SPAD102-U
Como podemos ver, el RFID nos puede ayudar en múltiples aspectos y facetas del proceso de producción del vino. Evidentemente la aplicación de esta tecnología tendrá unos costes añadidos, por lo que seguramente no todos los vinos requerirán disponer de una tecnología como esta, pero muchos otros sí, porque el coste, comparado con el valor añadido que aportarán será asumible.
Evidentemente aquí no hemos contemplado todas las posibilidades, y es que en realidad son tantas como necesidades se puedan detectar.